El origen del boxeo se remonta a los primeros tiempos de la historia. Los hallazgos arqueológicos demuestran que su práctica se llevaba acabo varios milenios antes de Cristo en Egipto, la Mesopotamia y otros lugares de África y Asia.
Hace mil años las peleas a puño descubierto a eran la forma de lucha en los albores de esa época.
Dentro del boxeo se pueden observar muchas cuestiones relacionadas con el marketing y el comercio. La entrada de los boxeadores (en ciertas ocasiones con una música característica) cubiertos de una bata que muchas veces lleva el apodo del protagonista acompañado de una publicidad y, siguiendo con la indumentaria, también se hacen presentes las propagandas en los guantes, pantalones y zapatos del boxeador (últimamente también se han agregado elementos que han sido aprovechados para publicitar como pueden ser binchas, gorros, etcétera).
Fuera del cuadrilátero, también aparecen aspectos marketineros o propagandísticos; como por ejemplo, cuando se realiza la conferencia previa a la pelea y se toma la clásica fotografía de los boxeadores enfrentados, este evento se encuentra plagado de auspiciantes y empresas que encuentran otra excusa para promocionarse. Detrás de la conferencia se ve un panel lleno de logotipos y auspiciantes que hacen las veces de sponsor en el combate y así difunden sus productos.
También cabe mencionar; relacionando el boxeo y el marketing, las propagandas de diferentes productos donde los boxeadores son protagonistas, como así los gimnasios, dónde algún boxeador (ahora reconocido) haya usado como centro de entrenamiento, son aprovechados como incentivo para promocionar el local.
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